He compartido en las páginas de “En silencio. La mirada interior” mis experiencias a la hora de ver las situaciones complicadas de la vida desde el silencio, con una mirada interior dirigida a lo que sucedía en el exterior. Eso hizo posible que mantuviese la paz en medio de la tormenta. Nada iba a suceder de manera diferente, pero sí que yo podía estar frente a ello con una actitud distinta.
Fue fundamental en esos momentos del camino ser acompañado por mis tutores y más adelante por otros compañeros y compañeras de camino que me ayudaron a ver las cosas de otra manera. Al final, solo es uno el que decide como mirar, pero ahora con la opción de salir de la mirada habitual del mundo separado, para mirarlo con ojos de unidad, con ojos de permiso a lo que sucede. Y eso -te lo puedo asegurar- te llena de una profunda paz, suceda fuera lo que suceda. Y esta es mi invitación.
Llevo ocho años acompañando a personas y permitiendo ser acompañado. Nos encontramos por skype por unos 30 o 40 minutos, dejamos fuera lo que sucede durante ese periodo de tiempo y lo miramos desde un lugar de paz que conseguimos con unos minutos de silencio compartido.
Para que puedas valorar lo que recibes del proceso, durante un tiempo te ofrezco una cita sin coste alguno. Para ello he asignado unas pocas horas por semana. Después si deseas seguir lo conversamos. Mi regalo será mi libro, el tuyo enriquecerme con tus experiencias. Nadie es excluido por razones económicas.
La facilitación o acompañamiento es un proceso que nos enriquece a los dos, por ello no hago de esto una fuente de ingresos personales, si bien si que hemos de valorar de alguna manera mi tiempo. Si en tu vida tienes algo que te causa inquietud, infelicidad, malos momentos, tensión… te invito a que lo mires de otra manera.
He compartido en las páginas de “En silencio. La mirada interior” mis experiencias a la hora de ver las situaciones complicadas de la vida desde el silencio, con una mirada interior dirigida a lo que sucedía en el exterior. Eso hizo posible que mantuviese la paz en medio de la tormenta. Nada iba a suceder de manera diferente, pero sí que yo podía estar frente a ello con una actitud distinta.
Fue fundamental en esos momentos del camino ser acompañado por mis tutores y más adelante por otros compañeros y compañeras de camino que me ayudaron a ver las cosas de otra manera. Al final, solo es uno el que decide como mirar, pero ahora con la opción de salir de la mirada habitual del mundo separado, para mirarlo con ojos de unidad, con ojos de permiso a lo que sucede. Y eso -te lo puedo asegurar- te llena de una profunda paz, suceda fuera lo que suceda. Y esta es mi invitación.
Llevo ocho años acompañando a personas y permitiendo ser acompañado. Nos encontramos por skype por unos 30 o 40 minutos, dejamos fuera lo que sucede durante ese periodo de tiempo y lo miramos desde un lugar de paz que conseguimos con unos minutos de silencio compartido.
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